El Club de Gimnasia y Esgrima La Plata conserva una rica tradición en numerosos deportes, entre ellos el ajedrez. Una disciplina que se practica desde los primeros años de vida de nuestra institución y que hasta el día de la fecha hace gala de una creciente vigencia.
A lo largo de la historia, grandes jugadores se han formado en nuestro club o nos han honrado con su visita, uno de ellos fue José Raúl Capablanca, considerado por mucho tiempo el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos.
El 17 de julio de 1911, por iniciativa de Gimnasia y el Jockey Club, llegó a nuestra ciudad quien fuera en aquellos años el gran campeón cubano de Ajedrez, el joven prodigio que en la década de 1920 se convertiría en campeón mundial y que ostenta, hasta el día de hoy, el galardón de ser el único hispanoamericano en haber logrado el más preciado lauro.
“El Mozart del Ajedrez” nació en La Habana, Cuba, el 19 de noviembre de 1888. Según su propio relato, aprendió a jugar ajedrez a los cuatro años, observando a su padre quien solía jugar con amigos; a los cinco años de edad comenzó a participar del Club de Ajedrez de La Habana y a los trece años se convirtió en el campeón nacional.
Su adolescencia transcurrió en Estados Unidos, donde a la par de sus estudios, siguió perfeccionando su juego. Entre 1908 y 1909 realizaría una gira por ese mismo país, periplo que arrojó el saldo de 735 partidas jugadas, 703 ganadas, 19 tablas y solo 13 derrotas. Resultados destacables.
El año 1911 terminaría siendo determinante en su carrera. Tras años de codearse con los grandes maestros del juego, se le permitió participar del Torneo de San Sebastián, entre febrero y marzo de 1911. El desafío era considerado una de las competencias más importantes de la época y Capablanca se llevó el primer puesto. Fue una sorpresa para todos, considerando que a pesar de sus promisorios antecedentes nunca antes había ganado un certamen de renombre. La consagración lo catapultó rápidamente a la fama.
Tiempo después el cubano, con sus jóvenes 23 años, desafiaría a Emmanuel Lasker por el campeonato del mundo, pero el encuentro no se pudo realizar debido a las 17 condiciones que puso su rival para llevarlo a cabo. Condiciones que Casablanca no pudo satisfacer en su totalidad.
En este contexto de apogeo en su carrera es que Gimnasia y el Jockey Club lo contrataron para disputar una serie de partidas simultáneas, las cuales eran su especialidad. El día 17 de julio se realizaron en nuestra sede social, mientras que los días 19,21 y 23 en la sede del Jockey. Las actas de aquellos años que aún se atesoran en el acervo del club testmonian algunos detalles de color. Entre ellos, la confección de 100 invitaciones especiales y la erogación de una considerable suma de dinero para la concreción del evento. Evento que sería un verdadero éxito, a la altura de uno de los grandes ajedrecistas de la historia.
Para 1912, Capablanca ya era definitivamente una celebridad. Recorrió el mundo participando de diversos torneos. Fue campeón en San Petersburgo, Moscú, Kiev, Viena y demás.
En 1921 llegaría el postergado desafío ante Emmanuel Lasker. Sería victoria para “La Máquina del Ajedrez”, el cubano era el nuevo campeón mundial. Mantuvo su título hasta septiembre de 1927, cuando en Buenos Aires perdió el cetro frente al ajedrecista ruso —nacionalizado francés— Alexander Alekhine.
En los años posteriores de su carrera logró sostener un alto nivel, incluso ganó varios torneos valiosos. Sin embargo, su sueño de volver a disputar el campeonato del mundo quedaría trunco, ya que ni Alekhine, ni posteriormente el neerlandés Max Euwe, le concedieron la oportunidad.
Falleció repentinamente el 8 de marzo de 1942 mientras observaba una partida en el Club de Ajedrez de Manhattan, tenía 53 años. Su cuerpo descansa al día de hoy en Cuba, lugar en el que fue recibido con todos los honores y donde se lo considera una leyenda.
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