El reconocido ensayista, poeta y también editor Eric Schierloh dio una charla en la Sede Social diferentes formas de publicar obras literarias sin necesidad de estar ligado a una editorial. La exposición se realizó en el marco del Taller Literario de Gimnasia dirigido por Daniel Krupa. La Secretaría de Educación y Cultura Analía Lamberti dio las palabras de bienvenida.
En la disertación el autor marcó distintas cuestiones ligadas a las formatos actuales de narración literaria, como base para tener en claro a qué público le hablan los escritos y para ello citó el ejemplo de escritores como Leo Oyola, que según afirmó “construyó una literatura del Conurbano, que la verdad no se existía o no, pero fue importante para kriptonita” en el mismo sentido refirió a Dolores Reyes que “también creó una zona de pertenencia en La Matanza, la violencia de género, la aparición de fantasmas relacionados con las mujeres desaparecidas, evidentemente construye una realidad” concluyó.
Por esa misma razón cree para pensar un libro primeramente se debe plantear “¿Qué quiero hacer con la escritura? Porque, cuando vos te ponés frente al texto aparecen un montón de preguntas ¿qué clases de autora o autor soy en términos lingüísticos? ¿un Tu o un Vos? Mi personaje se va a llamar Juan, no va a tener nombre o se va a llamar zoolander, parece una tontería, pero a lo mejor no es”. Schierloh considera esta cuestión importante para elegir el tipo de edición y establecer que existen distintos tipos de Autopublicación y Edición Artesanal, pero considera una muy importante, que es la particular Editorial Cartonera.
Sobre este tipo de proyecto de edición artesanal, Eric contó que si “Argentina exportó un modelo editorial, fue la edición cartonera”; se trata de libros hechos con cartón recuperado de la calle “con una impronta muy rústica, muy punk incluso, porque se pintan con témpera y forma de forma rápida” remarca. Es un método que nació en 2003 producto de la crisis de 2001 y se expandió a todo el mundo. Había editoriales cartoneras es África, Oceanía, en Europa o de América del Norte.
Con este sistema artesanal un libro hecho en Quilmes o en Katmandú “parecen salidos de la misma impresora, como una idea de marca, como la que puede tener Pengüin o Planeta, que se exportó simplemente a lazos humanos y que tiene que ver con la autogestión” concluyó.
Se trató de una propuesta novedosa de transmitió a los socios y socias una mirada completamente distinta sobre el mercado editorial y una propuesta de edición artesanal, desde la edición misma hasta la encuadernación y por supuesto la impresión.
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