El joven DT finalizó un ciclo de muchos logros al frente de los Guerreros: dos ascensos consecutivos, campañas históricas y, sobre todo, la construcción de una identidad dentro y fuera de la cancha. Una pieza fundamental en el resurgimiento de la disciplina. 

Es imposible pensar en el futsal de Gimnasia  sin acordarse de Mariano Maida y viceversa, a eso ha llegado esta relación inolvidable. El camino recorrido y el paso del tiempo han demostrado que fueron, son y será el uno para el otro.

Su llegada en dicho rol -había sido jugador en 2013 y 2014- se dio el 18 de enero de 2017, luego de que Gimnasia quedara desafiliado y descendido dos años consecutivos. Por ese entonces, los nuevos dirigentes y Maida se propusieron cambiar drásticamente el rumbo de una disciplina que venía golpeada y sin horizonte.

Retornaron jugadores históricos al Club como Cafure, Palahy y Mendoza y se incorporaron caras nuevas con el objetivo de empezar a reconstruir la disciplina y llevarla a lo más alto del futsal nacional. Ese primer año, Gimnasia realizó un gran torneo en el que fue dominador junto a Charcarita y terminó logrando el ascenso a la C en una final ante Excursionistas, a quien superó 2 a 1 tras arrancar en desventaja. Dicho logró deportivo sería sólo el comienzo de una etapa exitosa adentro y afuera del 40×20.

Ya en 2018 el Lobo armó un plantel con la ilusión de ir por más y al menos dar pelea por el ascenso, sabiendo que el torneo sería aún más difícil. Con nuevas y estratégicas incorporaciones, se transformó en uno de los clubes admirados por su juego pero también por el crecimiento a nivel dirigencial. Dicha temporada los Guerreros no sólo lograron el ascenso a la B sino que también realizaron campañas históricas en Copa Argentina y en la Liga Nacional, midiéndose con equipos de Primera División y demostrando que estaban para más.

Ese año representó para Gimnasia la reafirmación del trabajo que se venía haciendo: un equipo protagonista con una identidad marcada dentro de la cancha y una identificación por todos los integrantes de la disciplina para con el Club, más allá del cambio de algunos nombres en el plantel.

Para 2019 y la primera competencia en la B, el Mens Sana mantuvo la base y sumó algunos refuerzos que le permitieron finalizar el año igualado en el primer puesto con Camioneros. Ambos debieron definir el primer ascenso en una final, que terminó quedando en manos del conjunto verde. En los play-off por el segundo ascenso no tuvo fortuna y quedó eliminado.

En tanto, en el último torneo transición 20/21, la historia fue similar en el desenlace. Gimnasia superó cómodamente la fase de grupos pero en cuartos de final quedó fuera del certamen pese a haber sido superior a su rival.

La historia entre Maida y Gimnasia finalizó sin poder conseguir lo que todos hubieran querido, un nuevo ascenso, pero sí con la tranquilidad de que la disciplina creció de forma inimaginable en estos cuatro años. Se logró una identidad dentro y fuera de la cancha, un equipo protagonista, sin importar divisional o localía, y con un marcado sentido de pertenencia que se ha ido transmitiendo entre todos los jugadores con el paso de los años. Y en lo que respecta a los números, en 121 partidos se consiguieron 82 triunfos, 22 empates y 17 derrotas, alcanzando un 74% de efectividad

Se cierra una etapa por demás exitosa pero queda un camino que seguir, con un club soñador y que siempre busca ir por más. Aún así, el fueguino estará como coordinador de la disciplina y seguirá en su función como DT del fútbol femenino de la Institución. Gimnasia y Maida se seguirán disfrutando mutuamente.

Por su parte, el ahora ex DT Guerrero se despidió en sus redes mostrándose muy agradecido con el Club y las personas con las que transitó este camino:

“Llegó el momento de dejar el cargo de director técnico en el futsal masculino de Gimnasia y es difícil hacerlo después de tantos momentos vividos en un lugar que se transformó en mi casa y me dio amigxs, o mejor dicho una familia.

Me brindaron plena confianza para hacer lo que amo y me apasiona. Me dieron lugar para equivocarme y aprender. Me permitieron soñar en esta profesión. Me hicieron amar e identificarme con este enorme y hermoso Club.

Gracias jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Por esa unión que forjamos con el objetivo de dejar a Gimnasia siempre en lo más alto y por enseñarme tanto en estos cuatro años como técnico. No habremos podido lograr el gran objetivo de llegar a la élite pero construímos algo más importante: una disciplina seria, con identidad y mucho sentido de pertenencia. Estoy seguro que ese logro deportivo es sólo cuestión de tiempo.

Salgo de este rol con la tranquilidad de haber dejado todo, pero en especial agradecido con cada persona y momento que formó parte del camino. Todo lo que vivimos superó ampliamente mis expectativas cuando asumí lleno de miedo e inseguridades. Ni en mis mejores sueños pensé lograr tantos objetivos en tan corto tiempo. Aún así, tendré la fortuna de seguir disfrutando y soñando con Gimnasia. Y como me enseñaron acá, iremos por todo.

Desde donde me toque estar, siempre serán parte de mí. Siempre serán mi familia. Y siempre seré un Guerrero. ¡SIMPLEMENTE GRACIAS!”

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