En concordancia con el desarrollo del Campus Básquet, las pruebas de jugadores y jugadoras y el armado de calendario para el inicio de la competencia en Febamba, Gimnasia volvió al triunfo en la Liga Argentina con la habilidad intacta de Nicolás Gianella y su capacidad para resolver, anotar y sumar desde el lugar que el equipo lo requiera.
Con el repaso del Básquet Tripero y sus grandes logros en el tiempo, la importancia de regresar a la Federación Capital y los recuerdos de algunos referentes de la disciplina y sus historias, Nico Gianella deja de picar la pelota por un rato y se detiene un momento para recordar historias ligadas a su infancia e inicios en el Club, cómo vive este presente y qué será del Mago en unos años.
Antes que nada, Nico… ¿Cómo estás?
-Bien, bien. Los años empiezan a pesar y a esta altura, estar en la cancha hace tiempo era impensado. Trato de disfrutar y ser agradecido con mi cuerpo y todo el entorno, lo que es el Club, el cuerpo técnico, dirigentes, rivales, todo. Hay un respeto hacia mí que no me esperaba cuando había decidido volver. Sentía que me iba a costar más y termino llevándome mucho más de lo que vine a aportar. Respeto, cariño y contención.
¿De qué manera se entrena en un deporte tan friccionado y cómo hacés para tratar de estar a la altura en todo momento?
-El primer agradecimiento es para Fede Bernal, el profe, estoy bien físicamente gracias a él. Después, el trabajo más importante es el invisible, cuidar mucho los descansos, soy muy estricto en la alimentación. Todo lo que no se ve tanto dentro de la cancha sino más bien afuera.
El equipo acompaña mucho…
-Es una de las ventajas que tengo. El equipo es muy receptivo en todo momento. Cada vez que se dice algo, el plantel escucha y se trabaja. Para conmigo hay mucho respeto y siento que me escuchan cada vez que digo algo. Escuchan y asimilan. A la hora de trabajar el grupo tira para adelante y mucho tienen que ver Fabián (Renda) y el Papa (Juan Manuel Budiño, asistente). Es todo muy alegre y realmente dan ganas de venir.
En la actualidad, Gimnasia acumula ocho victorias y nueve caídas y se ubica en el noveno lugar de la tabla de posiciones en la Conferencia Sur de la Liga Argentina. Pese a la irregularidad, el conjunto Mens Sana quedó en la puerta de la final del torneo Súper 8 en diciembre del año pasado.
¿Cómo están como grupo?
-Estamos muy bien. Vamos superando obstáculos y estábamos ilusionados con estos últimos partidos más allá de que no se nos vienen dando los resultados. Estamos fuertes, unidos y nos falta terminar de convencernos que estamos para cosas importantes. El camino es el correcto, tenemos que ser más sólidos y si nos acomodamos, vamos a terminar en una buena posición para los play-off.
A partir de 2022, el Básquet de Gimnasia regresará a competir en Febamba luego de 26 años con todas sus categorías masculinas y femeninas. La decisión implicará elevar la vara de competencia para las divisionales formativas del Club y sin dudas es un paso hacia adelante para el futuro de la naranja en la Institución.
¿Qué sensaciones te genera este nuevo proyecto para todo el Básquet del Club?
-Espero que podamos quedarnos durante mucho tiempo. En su momento cuando nos tocó salir de Febamba fue un retroceso muy grande, aunque hay que quedarse con lo bueno. Tengo los recuerdos más lindos sin dudas y ojalá que el nivel que te da competir acá sea un salto de calidad, que es lo que le va a dar al Club.
¿Son tus recuerdos más lindos de la infancia dentro del básquet?
-Y… Todos los momentos dentro del Club, los viajes a Capital en donde salíamos a la mañana y compartíamos todo el día, se generaba una energía hermosa y además competir con la camiseta de Gimnasia, qué es un plus…. Estaba más en el Polideportivo que en mi casa y lo hacía contento, no renegaba porque disfrutaba y mucho. Me acuerdo de los viajes de intercambio, cuando nos tocaba recibir a quienes nos alojaban. Y obviamente los jugadores que enfrentaba en esa época hoy algunos están en Europa o en la NBA. Luis Scola cuando jugábamos en Mini ya volcaba la pelota y era un montón para nosotros.
Dicen los rincones del Poli que te quisieron llevar para Estancia…
¡Ja, sí! (se ríe). Cuando más chico jugaba al fútbol y al básquet. No recuerdo bien que director técnico era, pero en un entrenamiento metí dos goles y estaba entrenando ya con el plantel de fútbol. Cuando cumplí 15 años y tuve que decidir, obviamente no lo dudé. Ahí ya firmé el contrato en Básquet y me dediqué de lleno. En el debut me tuvieron que hacer un nudo en la camiseta de lo grande que me quedaba. La verdad, no sé qué hubiera pasado…
¿Cuánto de todo lo que aprendiste a lo largo de los años lo traés a la actualidad?
-Muchísimo, muchísimo. Cuando uno es chico va buscando referentes y cómo se manejan los líderes. Yo miraba a Alejandro Muñoz y lo copiaba, lo que veía trato hoy de que los jóvenes lo vean en mí. Tener cuidado con actitudes que capaz los más chicos te están mirando, marcar el camino, acompañarlos y aconsejar dentro y fuera de la cancha.
¿Hay Nico Gianella para rato?
-Y… Me cuesta mucho verme en mi cabeza fuera del básquet, no me la puedo sacar ni un ratito de mi vida y gran parte de mi día es como jugador. No sé qué será de mi carrera en el tiempo, pero sé que el camino es ligado al deporte.
¿Gimnasia entraría dentro de tus planes?
– En este momento tengo una escuelita de básquet cerca de donde vivo. Cuando pueda sacarme de la cabeza el jugador, sería lindo seguir ligado a Gimnasia por todo lo que representa. No me gustaría verme fuera del Club cuando esté fuera de la cancha. Se me complica un poco por las distancias, pero sigo cada vez que puedo a las inferiores y cuando pueda, me gustaría estar.
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