La tarde del 23 de noviembre no fue una más para Guillermo Enrique, el pibe correntino que llegó a La Plata en 2016 con el bolsito cargado de sueños. Y si de sueños se trata, aquella jornada en la que el sol primaveral jugó al compás de un elenco Tripero que se floreó ante Talleres le tenía preparado a Kike el momento que seguramente más había anhelado desde que puso un pie en Estancia Chica y se vistió por primera vez de jugador Tripero para entrenar con la Séptima División.
Esa tarde, cuando se disputaba la Fecha 22 de la Liga Profesional de Fútbol, sobre la etapa final del encuentro Pipo Gorosito puso el grito en el cielo llamando a Enrique y el Pibe Lobo, con la 6 en su espalda, luego de un arduo paso por las Juveniles Mens Sanas, saltó al campo del Bosque sagrado para reemplazar a Johan Carbonero en la goleada 5-2 frente a Talleres. Desde ese preciso momento, su vida cambió por completo y en carne propia vio cómo la cosecha de años dio sus primeros frutos.
Al partido que marcó su debut en la máxima categoría le siguió la consolidación, esa que continuó en 2022 con la pretemporada de verano y con partidos intensos e interesantes de disputar, como el clásico ante Estudiantes, cita de la que Enrique participó pero esta vez no ingresando desde el banco sino partiendo como titular y cumpliendo con creces. Desde entonces se transformó en una pieza fija en el engranaje Tripero, a base de una extensa y constante participación en prácticamente la totalidad de los partidos disputados por el Lobo entre Liga Profesional y Copa Argentina.
Hoy, ese lateral derecho polifuncional que en su etapa de Juveniles y Reserva recorrió ida y vuelta toda la banda derecha con velocidad de punta disfruta del lugar que se ganó en el Plantel Superior. Lugar que ratificó al firmar la extensión de su contrato hasta el 31 de diciembre de 2025.
¡Felicitaciones y vamos por más Kike!
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