Voley

“Se logró una unión que sirvió para que todos y todas vayamos detrás del mismo objetivo”

La Plata, 29/12/2021

Por: GELP

Brenda Graff se repuso a una serie de adversidades, a base de mucho trabajo y esfuerzo le ganó a una dura lesión para volver a las pistas y se terminó transformando en un pilar del equipo que el domingo 19 de diciembre volvió a firmar una página dorada en la historia del voley de Gimnasia.

Imagen de la novedad

Debió ser operada por una lesión, que por momentos parecía indetectable, y cuando encaraba el proceso de recuperación estalló la pandemia. La incertidumbre de la situación le quitó las ganas de volver a jugar al voley y fue así que tomó distancia del Club. Pero el corazón pudo más y, gracias a una lucha personal inclaudicable, un entorno sumamente motivador y la férrea búsqueda de Marcelo Silva, demostró que todavía le queda hilo en el carretel y mucho talento que brindarle a Gimnasia.

Oriunda de Ensenada y dueña de una estatura de 1,87, Brenda Graff volvió más fuerte que nunca, fue clave desde lo humano para un grupo en formación y trascendental en el aspecto deportivo para que las Lobas ratificaran su preponderancia en el voley tanto metropolitano como nacional. Distendida y tranquila, analizó lo transcurrido durante el año con la misma contundencia que tiene cuando se eleva por los aires para rematar y definir jugadas.

 

¿Qué les planteó Silva al inicio de la temporada?

El Negro es un tipo muy pasional, que vive el vóley de una manera muy particular, es muy intenso y desde el día uno su planteo fue que teníamos que apuntar a jugar todas las finales y pelear todos los campeonatos que juguemos, por el equipo que había, por la Institución y por la historia de Gimnasia. Después, como pasa con cualquier objetivo, está buenísimo plantearlo pero hay que trabajar mucho para conseguirlo y por eso nos hizo laburar mucho, entrenar muchísimo. Entrenábamos todos los días, teníamos pocos días de descanso, mucho doble turno, laburamos muchísimo. Desde que llegó, si algo no nos faltó fue entrenamiento. Así que siempre tomó como base el trabajo, el respeto como equipo y entrenar, entrenar y entrenar con el objetivo firme de llegar a una final. Después si se ganaba o no era otro tema, pero a la final teníamos que llegar y el objetivo era ese. Se fueron dando las cosas, el equipo fue entendiendo eso.

 

¿Cuánto tuvo que ver en tu vuelta al voley?

Tenía una lesión muy dura, una lesión osteocondral en la rodilla derecha, por la que me habían operado en mayo de 2019, y tenía para recuperarme hasta mayo de 2020 y en el medio me agarró la pandemia. De entrada era todo incertidumbre, yo entrenaba la parte física pero el tiempo pasaba, no podía volver a hacer vóley y yo también tenía la incertidumbre de cómo reaccionaría la rodilla. Para septiembre de 2020 ya había empezado a entrenar un poco pero ya no lo hacía para volver a jugar, de hecho me había ido del Club, sino más bien por mí, porque lo necesitaba, pero no quería jugar más, estaba negada.

Pero de repente se produce la llegada del Negro, que estaba empezando a armar el equipo y me llamó para preguntarme qué estaba haciendo y para decirme que me quería tener dentro del plantel. Yo le respondí que estaba loco, que ni siquiera sabía si podía volver a jugar, que estaba negada. Y a partir de eso, él prácticamente empezó a llamarme todos los días, me pedía que por favor me sumara a entrenar, que al menos lo intentara. (entre risas) Fue bastante insistente… Al final lo terminé hablando con mi Profe particular Claudio Álvarez, a quien adoro, y él me dijo que probara. Entonces ya en un momento, entre el Negro que me llamaba y Claudio que también empezó a insistirme, lo mismo que mi familia, decidí volver. Así que, desde lo personal, puedo decir que el Negro Silva fue una de las personas que me convenció de volver a jugar al vóley.

 

Teniendo en cuenta los objetivos que se propusieron, durante el año jugaron tres finales. ¿Por qué creés que sucedió eso?

Se logró una unión que sirvió para que todos y todas vayamos detrás del mismo objetivo, desde el cuerpo técnico hasta nosotras y obviamente también desde el Club porque no somos solamente nosotras sino que hay un montón de personas alrededor de todo esto. Se entendió eso, que todos y todas teníamos que dar siempre un poquito más para ir en busca de lo mismo. Esa era la única manera de ganar algo, brindarnos por y para el equipo.

 

¿Hubo algún momento quiebre o bisagra que las encaminara a la consagración?

Un momento importante, de quiebre, fue después de perder contra Boca 3-0. Teníamos un equipazo, muy buenas jugadoras, pero no encontrábamos el rendimiento y enseguida teníamos que volver a jugar contra ellas por los Play Off. A partir de eso tuvimos muchas charlas, nos sinceramos entre nosotras y en definitiva eso nos unió para volver a los objetivos que nos habíamos trazado al inicio de la temporada. Eso hizo que metiéramos un cambio de chip para afrontar de otra manera los partidos.

 

¿Qué balance podés hacer de las finales contra River?

Fueron dos finales muy trabadas, en frío diría que fueron raras, no sé si jugamos tan bien, nos costaba mucho todo. El primer partido fue el peor de todos, trabadísimo, con mucho error y es más, si hubiésemos hecho las cosas más sencillas quizás no lo hubiéramos sufrido tanto. Y en el segundo creo que pudimos revertir un poquito todo eso, no cometer tantos errores, más allá de los baches como nos pasó en el segundo set. Ya después entendimos que no nos podíamos relajar, que teníamos que seguir trabajando el partido, que no debíamos ceder nada y que teníamos que seguir concentradas. Yo personalmente, la serie la viví muy tranquila, estaba convencida que la cerrábamos en el segundo partido. Y obviamente muy contenta porque siento que llegué agotada, por ahí se me hizo un poco largo el año, entonces fue como un alivio y saber que el objetivo se cumplió. Obviamente que ahora apuntamos todo a la Liga, pero con el título del Metropolitano caímos en que el primer objetivo estaba cumplido.

 

¿Qué te generó la definición del segundo partido?

Me puso muy contenta, sobre todo por que se haya definido de local por cómo estaba el Poli, era una fiesta, una cosa de locos. Grupalmente muy eufóricas por el marco y por lo que generó el partido en sí mismo. Fue todo un espectáculo también, desde el himno de la previa hasta la manera en que entramos a la cancha. Fue todo distinto. Y nosotras estábamos convencidas de que no llegábamos al tercer partido. Obviamente que igual fuimos de a poco, primero metidas en ganar el primero para después cerrarlo  en casa. Nos planteamos eso, que teníamos que cerrar como fuera el primer partido y después hacer todo lo posible para cerrarlo en casa. Por lo convencidas que estábamos de lo que venía haciendo el equipo, por cómo veníamos jugando y creciendo. Fuimos de menor a mayor. También teníamos muy estudiado al rival y si nuestra mente estaba mentalizada en que ‘si River hace esto, nosotros podemos hacer eso, esto y aquello, mucho más y mejor.’ Por eso tuvo que ver mucho la confianza en nuestro trabajo.

 

¿Por qué consdierás que las Lobas son campeonas?

Logramos recibir muy bien y atacar bien, somos un equipo con muchas jugadoras de mucho ataque y creo que pasó más que nada por ahí, recibir, atacar y después del contragolpe el bloqueo. Pudimos acomodar el bloqueo, tocar mucha pelota y a partir de ahí reconstruir el juego. Básicamente logramos atacar en todo momento y mejoramos muchísimo la recepción, para poder aprovechar todas las opciones de ataque que tenemos. Y el sistema de bloqueo-defensa salió muy bien. Todo eso fue mejorando a medida que pasaron los partidos.

 

Además de la histórica consagración de las Lobas, en el último tiempo hubo un crecimiento y muchos éxitos deportivos en otras disciplinas. ¿Cómo interpretás eso?

Creo que, particularmente en lo que es el vóley, desde el Club en general se le está dando mucha bola y eso es importante porque en otras épocas, pasadas, no sé si estaban tan presentes. Y noto que lo mismo ocurre con las demás disciplinas. En todo sentido, desde la visibilidad, el acompañamiento, esto de tener médicos disponibles todo el tiempo. Que al jugador le pase algo y enseguida tener un médico o un kinesiólogo del Club que te atienda al instante. Son cosas que parecen sencillas pero la realidad es que son importantísimas, que hacen que los jugadores y las jugadoras de cada uno de los deportes quieran estar acá, que se genere otra cosa y que el compromiso sea otro. Como institución se fue creciendo en todos estos aspectos, y más. Y eso hace al resultado, a que todo sea más fácil y a que el deportista pueda rendir mucho mejor. Hubo cambios grandes a nivel Club.

También hay una clara unión dentro del Club que se ve reflejada, por ejemplo, en el apoyo que se brindan todas las disciplinas entre sí. Nada pasa por casualidad, es todo trabajo y claramente hay un laburo de todos. Y en el vóley lo mismo, porque nosotras salimos a la cancha y ganamos pero detrás nuestro hay un montón de gente trabajando por y para Gimnasia.

 

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