Ya no hay forma para describir lo que genera este equipo dentro de una cancha. La confianza en el trabajo y el amor propio lo llevaron, una vez más, a levantar una jornada adversa. Se repuso a un 0-3 y se quedó con el segundo juego de los cuartos de final en los penales (4-3). 

La mayor parte de este encuentro fue un reflejo de lo que pasó en el primer duelo de la serie. El Lobo fue superior y tuvo chances muy claras pero el arquero del Guapo se transformó en figura. En tanto, el rival supo sacar provecho de algunas pérdidas albiazules. De esa manera, al cabo del primer tiempo, la visita ganaba 1 a 0.

Ya en el complemento, Barracas volvió a demostrar su jerarquía ante los errores y golpeó por duplicado antes de los ocho minutos. Sin embargo, dos más tarde, comenzaría la levantada Mens Sana con la presencia de Mendoza como arquero/jugador, juatamente quien se encargó de marcar el primer tanto. El segundo no se hizo esperar: Alarcón recibió cerca del área y remató de zurda para achicar la diferencia. Mientras tanto, el tercero llegó a los quince minutos con el festejo de Legal.

El Tripero fue a todo o nada con arquero/jugador pero no pudo marcar nuevamente y el partido finalizó 3 a 3, lo que decretó la definición del segundo juego por penales. Allí, el Lobo convirtió los cuatro que ejecutó (Avendaño, Girotti, Grecco y Lico) y el Guapo sólo hizo tres de los cinco que pateó, ya que los arqueros albiazules, Cahuana Murillo y Steccato, atajaron un penal cada uno y aseguraron el segundo punto de la serie.

De esta manera, Gimnasia hizo lo que debía para seguir soñando, e inclusive más: volvió a demostrar de lo que es capaz como equipo, sobreponiéndose a la adversidad, y forzó la definición de los cuartos de final a un tercer y último duelo (Barracas será local por haber terminado más arriba en la etapa regular).

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