Con el título Metropolitano semanas atrás y la Copa OSMITA Súper 8 el pasado martes, las Lobas cerraron un 2022 fantástico y lleno de ilusiones para todo lo que se viene. Sin embargo, luego de una extensa temporada, serán tiempos de descanso y reponer energías de cara a la próxima Liga Argentina 2023.
Martín Ambrosini, entrenador de Gimnasia y cabeza de grupo del plantel superior, hizo un análisis respecto al camino atravesado, los logros obtenidos y las claves para haber logrado cada objetivo propuesto, tanto desde lo individual como en lo colectivo.
Llegaste a mitad de año y lograste dos títulos en tres competencias jugadas, ¿qué significa eso?
– Es importante, ni hablar, pero se encontró una identidad de juego y eso creo que es lo principal. El vóley en Gimnasia es historia y sabíamos que teníamos que estar a la altura de las circunstancias. Armamos un equipo competitivo que sienta y entienda el juego, y tenga los principios que consideramos vitales en el deporte como el trabajo, la dedicación, el entrenamiento y la superación, y el respeto interno y hacia los demás. Me encontré con un plantel que venía de perder una final y un recambio de muchas jugadoras, y apostamos en un principio a la Copa Metropolitana con jugadoras jóvenes para que sumen experiencia, donde sacamos muy buenas impresiones. Con ellas, más las que se sumaron luego, armamos la base del plantel que terminó consagrándose campeón.
¿Cuáles fueron las claves para la obtención del Torneo Metropolitano?
– Terminamos la fase regular muy bien, con un equipo consolidado más allá de las bajas sufridas por lesiones producto de la extensa temporada y la Selección Argentina, y pusimos como prioridad a los play-off. Tuvimos un sprint de tres semanas en las que fuimos de menor a mayor en cuartos de final con Ferro, una muy buena semifinal contra San Lorenzo y la final con Boca.
Dieron la vuelta de visitante…
– Fuimos contundentes. Ganar 3 a 0 de local sirvió mucho, al igual que contra San Lorenzo como mencionaba anteriormente. Tomamos confianza y nos dimos cuenta que realmente podíamos hacerlo. En la final había que ganar dos partidos contra un histórico del vóley femenino, el máximo ganador, y lo hicimos incluso habiendo perdido el segundo partido.
El entrenador de las Lobas llegó al Club en 2020 y tras su paso en el cuerpo técnico de la Selección Argentina, Ambrosini regresó a Gimnasia y se hizo cargo de División de Honor como jefe de equipo en mayo de este año. El elenco Tripero había logrado el título metropolitano en 2021 y llegó hasta la final de la Liga Argentina Femenina 2022.
¿Qué balance hacés del ciclo desde tu regreso?
– Como principal, creo que cada una de las chicas entendió su rol dentro del plantel. Es difícil cuando hay muchas jugadoras con un gran nivel sabiendo que no pueden jugar todas y aun así, el equipo funcionara. Mantuvimos una identidad más allá de los nombres y consolidamos una base. La clave estuvo en entrenarse día a día pensando en mejorar desde lo individual para crecer desde lo colectivo, en competir con tranquilidad y ganar sin entrar en la desesperación, presiones ni nada de factores externos, porque la responsabilidad era competir para el Club. Y por último la parte física fue vital.
¿Cómo se entrena ser competitivo?
– Se trabaja día a día. Durante el año entrenamos los días de partido e incluso a la mañana siguiente después de jugar. Mantuvimos una rutina y jugó siempre la que mejor estuvo. Se generó una competencia sana y tener recambio hacía que la resistencia en ambos lados de la cancha durante las prácticas le dieran la posibilidad a quienes esperaban su oportunidad, a que cuando saltaran a jugar lo hicieran bien. En la Copa OSMITA jugaron las 18 jugadoras y todas sumaron puntos de juego. Que en el plantel, todas se sientan parte.
Las categorías formativas cerraron un 2022 formidable, con la finalización entre los primeros puestos en Tira A, el ascenso en Tira B y el doble ascenso de las Lobas B y el equipo masculino.
¿Cuál es el proyecto deportivo del vóley en Gimnasia?
– Sin perder de vista que es un juego y un deporte, lo principal es compartir, las amistades, disfrutar, la salud y la educación más allá de la competencia. Gimnasia es un Club grande y el vóley tiene historia. Que haya muchas jugadoras es el motor, para que luego la cantidad pase a ser calidad. Es imposible pretender que todas lleguen a División de Honor porque eso no existe en ninguna parte del mundo, pero sí trabajar para que las que tienen condiciones, el proceso sea más rápido y les cueste menos llegar a la máxima categoría. Para eso hay que trabajar desde lo físico, la técnica y la táctica, y mucho más. Y en División de Honor, competir para estar arriba. El objetivo será siempre ser protagonista.
¿Existe la bajada de línea?
– Es un trabajo en equipo. Los logros de División de Honor no son solo de Mayores y viceversa. Primero son del Club, y luego de la gente que trabaja. No sale campeón la Sub 16 o Sub 18 o un entrenador o entrenadora. Gana Gimnasia. Hay una línea mancomunada, cada cual con su esencia pero con ciertas bases. El masculino creció mucho y obtuvo grandes resultados, por ejemplo. Hay mucha comunicación en todo el staff del vóley y eso creo que es clave. Lo mismo cuando jugadoras suben al plantel superior. Que las vean entrenar a las más grandes las motiva y es un reflejo para ellas.
¿Qué tomaron de esta fiebre mundialista que se está viviendo en nuestro país?
– El concepto de equipo no es fácil. Para que todas entiendan su rol y después ser eficaces, se necesita capacidad, habilidad y comunicación. En el mundial se generó y nosotros lo tuvimos, Gimnasia en sí adquiere todo eso. Las jugadoras se sienten contenidas por la gente, quienes llegan tienen esa esencia y te termina fortaleciendo. En este Club y en el país somos competitivos, pasionales, y toda esa motivación es sencilla de acceder a la hora de entrenar. Y el Mundial te potencia, obvio.
¿Cómo sigue todo ahora?
– El 9 de enero volvemos a entrenar presencial de cara a la Liga Argentina que arrancará a fines de mes pero antes, un descanso. Las vacaciones también son importantes incluso para motivarse. Tendremos que ser competitivos nuevamente después de haber logrado un título y para reinventarse, vamos a buscar otra vez objetivos simples y cortos, alcanzables desde lo individual. No poner foco en resultados porque ganar, ganan pocos. Buscaremos variantes con los pies sobre la tierra para empezar de cero otra vez, y buscar dejar a Gimnasia lo más alto posible.
¿Qué representó el Club para vos en todo este tiempo?
– Me tocó llegar en 2020 y fue mi primera experiencia fuera de mi casa de Villa María. Tenía muchas expectativas para revalidar todo lo que se venía haciendo. Soy un agradecido de formar parte y no solo por los resultados obtenidos, porque el Club confió en mí y me dieron la posibilidad de hacer lo que sentía y. Lo valoro mucho porque encontré un lugar para trabajar, condiciones, jugadoras que están cómodas y mucho trabajo para poner el foco en donde tiene que estar.
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