‘Los sueños están para cumplirse’, dice la famosa frase. En este sentido, la tarde del martes 27 de agosto de 2019 será recordada por siempre para Matías Miranda, un Lobo de sangre azul y blanca, nacido y criado en el semillero Tripero debido a su arribo a Gimnasia en tiempos de Fútbol Infantil, ya que logró uno de los primeros anhelos de todos aquellos pibes que sueñan con vivir jugando a la pelota de manera profesional.

Oriundo de la ciudad de La Plata, Miranda forma parte de una categoría 2000 que conserva un potencial muy interesante, circunstancia que se ha visto reflejada en la Reserva que conducen Leandro Martini y Mariano Messera, con Fernando Martínez, Bautista Barros Schelotto, Gustavo Areco, Néstor García Martinoli, Rodrigo Gallo, Agustín Ramírez y Sebastián Cocimano como compañeros de camada.

Dueño de una zurda amenazante para cualquier arquero rival, de una gran potencia física y, por supuesto, una capacidad de gambeta fundamental para la posición que ocupa en la cancha, Matías tuvo su debut en Reserva en 2016. A partir de entonces, vivió una seguidilla de momentos únicos para cualquier juvenil, como fueron la convocatoria a la Selección Sub-20, consolidación en la divisional Reserva y la Pre-Temporada con Primera División. Consumado el primer gran sueño, ahora Matías va por el segundo y más importante: el debut.

Nota: Santiago Caliendo – Colaborador.

Más noticias